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Inspírame, musa, ¡Por amor te suplico que me expires!
Vivir en una nariz no es un hábito muy saludable.
Una vez llegué a pensar que una vez pensaría,
pero aquí me tienes, lo mejor de mi mismo soy yo.

Y en éste día nublado salgo con tambor para provocar una tormenta.
Quiero que chilles para que llueva sobre mi larga melena rizada.
Quiero que me desnudes y veas lo más sensual de mi cuerpo,
el verbo con el cual ambos nos quedamos tal y como llegamos al mundo.

Algunos proclaman mi amor como una herejía,
otros ven algo fascinante en mi escritura,
pero ninguno sabe que sin sus oídos yo no sería quien soy.
Por éso quiero que te tapes el ombligo.

Aráñame hasta ver mi alma, verás que es pasión latiendo por ti.
Agárrame hasta marcarme tu mano, quiero que siempre estás junto a mi.
Arrebátame todo cuanto poseo, despojado es como mejor mostraré mi interior.
Abarrotado estoy aquí, entre tantas palabras que hablan de ti.