-"¿Qué me hiciste aquel día? Por qué pinto con vaho el lienzo de la manzana dorada.
Un paisaje de escalofrío en mi interior, oro, plumas de pavo real agitadas por una suave brisa, ramas con musgo y árboles en flor con jugosas cerezas que me recuerdan a tus labios, una densa capa de hierbas a mis pies y azucenas por todas partes. La luna llena me mira con celo. ¿Acaso no siente que no soy para ella, sino que ya mi corazón fue dado? No sé explicar lo que siento ahora mismo, pero allí apareció ella, tumbada sobre la naturaleza, su mirada era como una carga de caballería, penetrante y atemorizadora. Su traje blanco no se distinguía de su pálida piel, sus manos con tacto de melocotón, o sus pies, los cuales no posaba en el suelo. Era ella, el azul del cielo, la que iluminaba el entorno y me acogía entre los latidos de su pecho.
¿Pero por qué me atormentas de ésta manera, mi amor? Tú estás muerta..."
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